lunes, 8 de noviembre de 2021

Ilegitimidad

Hay personas que piensan que la ilegitimidad del gobierno de Ortega empezó ayer, cuando por enésima vez, el dictador se robó unas elecciones a la vista de todos. Piensan que lo que convierte al gobierno de Ortega en ilegítimo son las declaraciones hechas por la Unión Europea, el gobierno de los Estados Unidos, de España y otros países, de que estas elecciones no fueron justas, transparentes y competitivas y han sido una farsa nada más. Piensan esas personas de las que hablo, que la ilegitimidad del gobierno de Ortega viene dada porque así lo declare la comunidad internacional.

Nada más lejos de la realidad. Aunque las declaraciones de los gobiernos amigos son importantes, la declaración de ilegitimidad que realmente cuenta es la que hacemos nosotros, los nicaragüenses.

La ilegitimidad del gobierno de Ortega, recuerde usted, empezó en algún momento del año 2008, cuando Ortega empezó a apoderarse de las instituciones de todos los poderes del estado con el fin de lograr su control absoluto y eternizarse en el poder. Fue entonces que su gobierno, que había sido legítimamente electo, empezó a deslizarse hacia la dictadura y Ortega fue pasando de presidente a dictador. La ilegitimidad de Ortega, solo para señalar algunos momentos, se siguió afirmando en cada una de las elecciones realizadas desde entonces, que Ortega controló completamente y cuyos resultados fueron los que él dictó y a él le convenían. Su primera y segunda reelección en esta su nueva época establecieron gobiernos ilegítimos.

Para no ir demasiado lejos, la ilegitimidad de Ortega quedó claramente expuesta en el 2018 cuando respondió con violencia inaudita a los justos y pacíficos reclamos de nuestro pueblo frente a las injustas políticas de la dictadura. El dictador respondió matando, desapareciendo y encarcelando a centenares, y exiliando a miles de nuestros compatriotas. El diálogo que la iglesia católica y los aliados de Ortega empezaron en aquel momento, al aceptarlo como interlocutor, pretendía dar un cariz de legitimidad al régimen de Ortega, pero no pudieron legitimarlo pues no puede un grupito de gente darle legitimidad a un gobierno que todo el pueblo repudia y rechaza y que ha declarado ilegítimo con sus protestas.

La legitimidad de un gobierno la da y la quita el pueblo y ayer el pueblo mostró ante el mundo, otra vez y muy claramente, la ilegitimidad del régimen, rechazando de plano la farsa electoral que este montó, quedándose la gran mayoría en sus casas, haciendo por fin el paro enorme que la ciudadanía deseaba hacer en el 2018 y que los empresarios cómplices de Ortega sabotearon y frenaron pues temían, con razón, que un paro sería como un violento río que arrastraría a la dictadura hasta el mar y a ellos mismos con ella.

Ayer, siete de noviembre, el pueblo otra vez, y en un grito silencioso, le dijo a la dictadura que no quiere su gobierno, que tiene que irse. Ayer también, muchos más cayeron en la cuenta que habrá que sacar a Ortega por la fuerza pues no se le puede sacar con elecciones.

Sí, la legitimidad de un gobierno la da y la quita el pueblo, no la da una candidata a presidente diciendo que el dictador genocida Daniel Ortega tiene derecho, como cualquier otro ciudadano, a ser candidato a la presidencia.

La legitimidad del régimen de Ortega no la puede dar tampoco el hecho de que un grupito de personas, varias de las cuales están ahora presas, que diciendo ser oposición y guiados por sus propios intereses y pensando que podían arrancar a la dictadura algunos cargos, hayan decidido ir a un proceso electoral que de entrada sabíamos que terminaría en lo que ayer terminó.

Tampoco convierte a un gobierno en legítimo la realización de un pacto con el gran capital en que el gobierno y los multimillonarios se reparten la gente y el territorio para explotarlos a su gusto y hacerse más ricos a su costa. Que la dictadura tenga dos cabezas no la hace legítima.

La legitimidad no la da la Unión Europea, o los Estados Unidos, haciendo declaraciones sobre la falsedad de las elecciones. Tampoco la da la OEA y el corrupto Almagro. La legitimidad la da y la quita el pueblo, aceptando o no aceptando, reconociendo o desconociendo a un gobierno. Ayer fue claro que la gran mayoría del pueblo nicaragüense no reconoce al régimen como su legítimo gobierno.

Los únicos que quitan y ponen la legitimidad en este país son los nicaragüenses de adentro y de afuera, los hombres y mujeres cuya patria es Nicaragua, la tierra de sus ancestros. Por eso es importante que si queremos salir de la dictadura la tratemos como lo que es, como un gobierno ilegítimo y como tal dejemos de obedecerle, dejemos de seguir sus leyes y sus reglas, dejemos de reconocer su policía, su ejército y sus instituciones.

El único reconocimiento de ilegitimidad que realmente cuenta es el de los nicaragüenses, el que hemos hecho ayer. Ahora lo que queda es actuar según esa ilegitimidad que otra vez hemos declarado, desconocer nosotros ese gobierno que por la fuerza se nos impone e impedir que nos gobierne. Es así como podremos salir de la dictadura. Ni siquiera tenemos que hacer la guerra, porque la dicotomía que los electoreros nos juraban que existía y que era “o elecciones o guerra” es completamente falsa, era una mentira y ellos lo sabían. No tenemos que hacerle la guerra, sino mostrarle que es imposible gobernarnos. No es necesario hacer la guerra cuando un pueblo se decide a no reconocer un gobierno. Si los nicaragüenses logran hacer de Nicaragua un país que los Ortega no consigan gobernar, si le quitan el lomo a la dictadura, ella caerá, más temprano que tarde. No es posible saber cómo ocurrirá, no sabemos si se derrumbará desde adentro, pero seguramente caerá, lo crea usted o no.

domingo, 7 de noviembre de 2021

En alitas de cucaracha

No se dejen engañar. No se dejen desanimar. No se desmoralicen. La dictadura no ha ganado nada y hoy no ha avanzado un milímetro, por el contrario, está contra la pared, luchando por su vida con el culo a dos manos.

Solo en su propia mente la dictadura ha ganado.

¡Qué digo! Ni siquiera en su mente gana elecciones. Hasta ella misma sabe que nadie la quiere y no puede ganar elecciones y tiene que robárselas.

La dictadura tiene las patas hinchadas. Carcomida por dentro, como esas estructuras de madera que desde afuera parecen muy firmes pero están corroídas por el comején y caen de pronto en un día de lluvia, así también caerá un día la dictadura y nos asombraremos al descubrir que no era tan fuerte como ella aparentaba y nosotros creíamos.

En alitas de cucaracha, así se sostiene la dictadura y así estará hasta el día que la gente se decida a hacerla desaparecer de la faz de la tierra. No los políticos, la gente.

Pero esto no es un juego de beisbol, no "vamos ganando" como decía un idiota por ahí mientras los sicarios mataban a nuestros jóvenes, y solo ganaremos cuando la gente le dé a la dictadura el último empujón, cuando le aparte el lomo y le diga "no más".

Hoy viste, pueblo mío, cuán grande es tu poder. ¿Viste cuán solos están ellos y cuán fuerte sos vos?¿Viste como temblaban al calor del mediodía? ¿Viste como sudaban helado, cagados del miedo? ¿Viste? Ni siquiera tuviste que salir a la calle. Si la dejás sola, si no puede usarte, si no puede montarse sobre tu lomo, si no puede gobernarte, la dictadura no es nada, está perdida. Ojalá lo hayas entendido el día de hoy.

Hoy pudiste ver que el poder está en tus manos y no en las manos de ellos. Que no se te olvide, que no te convenzan de otra cosa.

¿Viste? No es cierto que tu única opción sea la guerra, como suelen decirte algunos ansiosos de un huesito, una teta del erario. Cuando el jinete es malo basta un ligero corcoveo para mandarlo al piso.

De la sabia mula podemos aprender que si la carga es dura solo queda plantarse y decir, como ella, "matame a palos si querés, pero yo de aquí no me muevo hasta que te bajés".

Que no se te olvide lo que hiciste hoy.


viernes, 28 de mayo de 2021

Yu no man broko mi

De pura casualidad el sábado pasado vi la transmisión en vivo del Eurovisión, el festival europeo de la canción, que con un año de retraso, tuvo lugar en Rotterdam, Paises Bajos. Fue un espectáculo muy vistoso, muy alegre, hubo muchas canciones de gran calidad, pero de todas ellas la que más me impresionó fue la que representó al país anfitrión y voy a contarles por qué. Se trató de la canción con el título “Birth of a New Age” del Surinamés Jeangu Macrooy, quien también la interpretó junto con su hermano gemelo y una cantante. La letra fue escrita en inglés y contiene algunas frases de Sranan Tongo o surinamés, un lenguaje Creole basado en el inglés y el holandés y que es la lengua popular de la población surinamesa aunque la lengua oficial de Surinam es el holandés.

Lo que hoy es la República de Surinam fue colonia holandesa desde la segunda mitad del S. XVII hasta su independencia en 1975. Primero había estado bajo control de ingleses y holandeses, pero en 1664 los ingleses cambiaron su parte de Surinam por el fuerte Port Amsterdam, en la punta sur de la isla de Manhattan, que hasta entonces estaba bajo control de los holandeses. Ingleses y holandeses llevaron al país negros africanos esclavizados para trabajar en sus plantaciones de caña de azúcar, cultivo para entonces muy lucrativo. Aquellos esclavos no tenían una lengua común para comunicarse entre sí y fueron quienes dieron vida a la nueva lengua, el Sranan Tongo, basado en sus orígenes en el inglés. Al marcharse los ingleses, la lengua se enriqueció entonces con un vocabulario holandés conservando la gramática inglesa. Los esclavos tenían prohibido hablar holandés y los nuevos grupos étnicos que fueron llegando al país adoptaron la lengua de los esclavos, que se convirtió entonces en la lengua franca del país. Más tarde, al final de la época colonial y en los comienzos de la época republicana la lengua perdió fuerza frente al holandés surinamés, pero en los últimos tiempos su uso se ha extendido.

La canción que les cuento contiene una frase que dice “yu no man broko mi” que literalmente se traduciría como “no podés romperme” o ‘no podés quebrarme” y que es una referencia a un dicho que viene desde la época colonial y es “Mi na afu sensi, yu no man broko mi” o sea: “soy un medio centavo, no podés quebrarme (dividirme)”, y es porque afu sensi” era en la época colonial, la moneda de medio centavo, la de menos valor, el mínimo posible, y ya no era posible dividirla. Lo que el dicho significa es interpretado de varias maneras, como “soy como una moneda de medio centavo, aunque no valgo mucho, aunque soy pequeñito, no podés romperme” y es utilizado para darse ánimo y dar ánimo a otros. Es una frase retadora que también puede interpretarse así: “podés hacer conmigo lo que se te ocurra pero no podrás romperme”.

Por todo esto recordé a Nicaragua, que en los últimos tres años ha conocido gente que por más que la dictadura lo intente no puede romper. Son con mucha frecuencia hombres y mujeres humildes –como monedas de medio centavo–, que han sido encarcelados y vapuleados, sometidos a las más horribles humillaciones y al salir de la cárcel son asediados y perseguidos constantemente y sin embargo no es posible para los sicarios del régimen doblegar y destruir sus espíritus. Son también esos hombres y mujeres que aun cuando se encuentran en las mazmorras del régimen siendo torturados de manera inhumana le dicen desde allá a la dictadura “yu no man broko mi”.

Creo que esta canción bien podría ser el himno de nuestra lucha contra la dictadura.

La canción dice muchas más cosas que inspiran, pero búsquelas y encuéntrelas usted, yo solo le cuento este pedacito.

Aquí les dejo el enlace al video oficial de la canción, la letra pueden encontrarla buscando por ahí. Procuren verla en una pantalla grande y con buen sonido. Les recomiendo buscar también la presentación en vivo en el festival. Es potente.

https://www.youtube.com/watch?v=p4Fag4yajxk




lunes, 10 de mayo de 2021

A propósito de una "negociación". Diez breves párrafos (para que no se aburra usted)

 

Entendámonos.

1. En la política formal de Nicaragua no existen partidos políticos, lo que hay son agrupaciones de personas disfrazadas de partidos políticos. Algunas de esas personas y de esas agrupaciones son abiertamente criminales, otras son cómplices nada más de los poderosos y viven de las migajas que estos les dan. Entre ambos extremos se mueven otros tipos de organizaciones, igualmente disfrazadas de partidos políticos, pero no lo son. Ninguna de ellas resiste ni el más simple análisis. Ninguna de ellas es un partido. Vaya si no me cree y entérese de qué cosa es un partido político y compárelo luego con esas organizaciones.

2. Los “partidos” en Nicaragua son autorizados para “hacer política” por el “partido” sandinista, por la dictadura pues. Cada partido tiene un guion que la dictadura le da y que debe seguir fielmente. Si un “partido” se sale del guion es sacado del juego. Así, los “partidos” de la política formal, esos que tienen representación en la Asamblea Nacional y aquellos que aspiran a tenerla, se mueven dentro de unos ciertos límites que la dictadura le marca. Son todos ellos grupos colaboracionistas que dependen del favor de la dictadura.

3. La dictadura (pero no ella sola) destruyó la política nicaragüense. Corrompió a los corruptibles y sacó del juego a los partidos (así, sin comillas) que le hacían oposición. Sacó también del juego y destruyó a toda aquella personalidad que representase un peligro para el poder del dictador. Los políticos incorruptibles fueron marginados, mantenidos a distancia, vigilados y neutralizados de mil horribles maneras.

4. Antes dije “Asamblea Nacional” pero esa ni es asamblea ni es nacional. Es un club al servicio de la dictadura, no al servicio de la nación, y donde no se mueve ni una hoja si la dictadura no lo manda así.

5. En Nicaragua no se producen negociaciones entre partidos, pues estos, como les digo, no existen, lo que se produce entre esos grupos son negociaciones que se parecen más a la repartición del poder y el territorio entre familias mafiosas, que a las negociaciones que se dan entre partidos allá donde existe democracia.

6. En la política formal de Nicaragua no hay políticos, los que hay son traficantes de poder.

7. Le he dicho todo lo anterior para llegar a esto: ni el CxL ni el PRD están “negociando” en función de los intereses de la población. No negocian en atención a los intereses de usted o de los míos, de los de la familia de usted o de la mía. Ellos ni siquiera están negociando nada, de lo que sea que estén haciendo ahora el producto será algo que será favorable a la dictadura, de la que ambas agrupaciones son solo marionetas.

8. El CxL y el PRD no negocian entre sí, solamente siguen las líneas que desde El Carmen les bajan. Es el dictador por medio de sus agentes quien dirige la "negociación".

9. No vale la pena dedicar tiempo a tratar de entender el objetivo que persigue el teatro de la “negociación” de estas agrupaciones, eso ya se verá más adelante. Quizás, para subirse el perfil, quieren hacernos creer que en realidad negocian, que trabajan duro por el pueblo.

10. Lo que es muy claro o debería serlo es que bien sea que se produce “unidad” o bien sea que hay rompimiento, el resultado de esa "negociación" es el deseado por la dictadura, que le rendirá sus frutos en algún momento. Es preciso estar conscientes de ello.

sábado, 24 de abril de 2021

Aquel viejo truco

Es claro para quien quiera verlo que proponer candidatos a la selección de magistrados al Consejo Supremo Electoral es aceptar como legítimo ese proceso de selección. Entendamos que si vamos aceptando como legítimas ciertas partes del "teatro eleccionario" de Ortega en realidad estamos aceptando plenamente todo lo que trae consigo. No es que vamos legitimándolo pasito a pasito, pues este aparato de Ortega no es modular, en el que se puede aceptar algunas cosas y rechazar otras. Esa enorme maquinaria de defraudación, engaño y dominación que Ortega ha diseñado para afianzarse en el poder por los siglos de los siglos no está compuesta de piezas desmontables, es una sola entidad compuesta de una enorme cantidad de piezas interconectadas y si aceptás una pieza estarás aceptando todas las demás, estarás aceptando todo el "proceso electoral" de Ortega.
Mire que participar en esa amañada selección de candidatos a magistrados presentando candidatos propios es aceptación de sus condiciones, no solo para ese mini-proceso sino para toda la elección. Ese es un proceso que hay que denunciar ahora, desmontar ahora, después ya no podremos, pues entonces será demasiado tarde, entonces habremos pecado ya de ingenuos, de inconsecuentes. Entonces no podremos ir a quejarnos pues nos dirán, y con razón, que sabíamos muy bien a lo que nos metíamos. Si por ingenuidad, porque no has entendido con quién estás tratando cedés en esta pequeña cosa, tenés que saber que esto no llegará hasta ahí, viene más detrás de eso.
Creo que es tiempo de definiciones. Yo sé bien que es difícil decir cosas que son impopulares, que se queda uno con muy pocos amigos, pero ni modo, se trata de ser consecuentes con las propias ideas. Aquí no queda sino denunciar, rechazar y boicotear esas falsas elecciones de Ortega, tener un poco de dignidad y no prestarse a legitimarlo.
No se puede estar a la vez con Dios y con el diablo. Recuerden, los creyentes entre ustedes aquello de “porque no fuiste ni frío ni caliente te vomitaré de mi boca”, los no creyentes recuerden que como dice la canción uno no es nada si uno no es ni chicha ni limonada.


 

viernes, 23 de abril de 2021

¡Una limosnita por el amor de Dios!

Hipócritas. Ahora empiezan a quejarse (y no demasiado fuerte). ¡Tanto tiempo tuvieron para exigir a la dictadura reformas verdaderas que garantizaran un proceso electoral realmente democrático! Pero ustedes dejaron pasar el tiempo y no hicieron nada. No exigieron nada, pues ustedes nada exigen a la dictadura. Ustedes sólo saben suplicar, no exigir. Rendirse, no luchar. Ustedes saben bien que nadie vendrá a hacer las cosas por nosotros, que si queríamos reformas teníamos que haberlas peleado pues a las dictaduras no se les pide nada, se les arranca la piel a pedacitos. No cabe sino pensar que ustedes dejaron pasar el tiempo a propósito, para que esto ocurriera así como está ocurriendo. Para que no hubiera reformas. Para que las elecciones se hicieran como manda el tirano.
Ustedes no son oposición, ni siquiera su sombra. Dan pena. Ustedes sólo son colaboracionistas. Ustedes van buscando las limosnas de Ortega. Recuerden nada más que "mal paga el diablo a quien bien le sirve".

jueves, 22 de abril de 2021

Los pactos

Como pequeños dioses sedientos de sangre y exigiendo constantemente sacrificios humanos, así son los pactos de nuestros delincuentes disfrazados de políticos. Así son los pactos de las élites con la dictadura. A sangre y fuego y odio se imponen. Empiezan con muerte y siguen exigiendo cadáveres mientras duran, y cuando al fin llegan a su fin, pues todo termina alguna vez, los pactos se rompen entre el crujir de dientes de la multitud, exigiendo aún más muertos, insaciables, arrastrando más vidas al caer.
¿Dejaremos que otra vez, esta vez, los poderosos se burlen de la voluntad de toda la nación y ansiosos de poder y de riquezas nos impongan por la fuerza su voluntad como lo han hecho siempre? ¿Permitiremos que el pacto que hoy se asoma en el horizonte se selle con la sangre de los caídos, el dolor de sus madres, el sufrimiento terrible de los presos torturados a diario en las mazmorras del régimen, de la angustia de quienes deben dejar la patria amada porque es la única manera de seguir viviendo?
¿Dejaremos que otra vez las élites y la dictadura a su servicio manden al carajo las ansias de democracia y de justicia de este pueblo cansado de opresión, de ciudadanos hartos de ser tratados como infantes sin poder de decisión, hartos de no tener ni voz ni voto en su propio país y de ser nicaragüenses de nombre nada más?

lunes, 19 de abril de 2021

La falacia esa de “elecciones o guerra”

¡Por favor! Dejemos de repetir como loritos que para salir de la dictadura las únicas opciones que tenemos es “elecciones o guerra”, pues esta es una idea que aquellos interesados en acudir a elecciones con Ortega del modo que sea, para legitimarlo y obtener así un huesito, han querido meter en nuestras cabezas pues así conviene a ellos.

Algunos, inocentes, ingenuos, haraganes o faltos de imaginación, en realidad creen que eso es verdad, que no tenemos más posibilidades que ir a las amañadas “elecciones” de Ortega o hacerle la guerra, pero entiéndalo usted de una vez: ¡No es cierto!

Entiéndalo, o al menos, como hacen los más inteligentes de entre nosotros, admita usted la posibilidad de la existencia de otras opciones y que el hecho de que no las veamos no significa necesariamente que no existan.

Entienda, si no vemos otras posibilidades es sobre todo porque negamos su existencia y porque los interesados en la ceguera del pueblo no quieren que las veamos, no quieren que construyamos esas otras opciones y nos cierran el paso, nos hacen ir por donde ellos desean que vayamos, como se hace con las reses para subirlas al camión que las lleva al matadero.

Nos meten el mono los desalmados, los muy descarados.

Empecemos, si aún no lo hemos hecho, a pensar que otra manera es posible, que otra opción es posible y no neguemos su existencia slo porque aún no somos capaces de verla. Ya iremos viendo, a medida que andamos, que un otro camino, aparte de esos que llevan a “elecciones” y guerra, se irá dejando ver frente a nuestros ojos porque ahora iremos caminando con los ojos abiertos, atentos y despiertos. Recordemos, que como dijo el poeta, se hace camino al andar. Tenga presente también que no hay un manual, no hay un mapa, nosotros al andar iremos abriendo la trocha.

Y no, no venga usted a exigirme que le diga cuáles son esas otras opciones de las que le hablo, abra usted su mente y no deje que sean otros los que piensan por usted. Encienda su propia luz y luego vaya y encienda las de todo su vecindario. Si quiere exigir a alguien, empiece por exigir a los eleccionarios de Ortega que le muestren cómo es que van a salir de la dictadura en unas elecciones que la misma dictadura organiza y dirige hasta en el más mínimo detalle, con las leyes de la dictadura misma, con un organismo electoral que es ciegamente fiel a Ortega, con la población y los “candidatos” encerrados en sus casas y todo el que protesta enterrado vivo en las mazmorras del régimen. Vaya y exija que le digan cómo sacarán a Ortega a esos que quieren llevarlo a usted a depositar un voto que no cuenta y quieren llevarlo a usted a “defender su voto” enfrentándose a los sicarios de Ortega.

Cuando haya usted hecho esto que aquí le digo, no necesitará usted que yo u otro le muestre las opciones, usted mismo verá el camino por delante.



sábado, 17 de abril de 2021

Boicot a las "elecciones" de Ortega

Se "sorprende" la hipócrita "oposición" de las más recientes acciones de la dictadura. Se sorprenden de las "reformas", la escogencia de "magistrados" y de que las que vienen serán "elecciones" a la medida de Ortega. Se sorprenden pero siguen diciendo que van a las elecciones con el dictador y nos llaman a votar masivamente "para que sea claro que hubo fraude", como si esto no ha sido claro ya en todas las elecciones de Ortega y sigue siendo claro en este momento. La "oposición" sigue jugando para perder. Me pregunto si también se sorprenderán cuando la dictadura se quede en el mismo lugar. Nos siguen viendo las caras de estúpidos. Nos clavan el puñal mientras sonríen y nosotros sonreímos también. Qué pena.
Por años, muchos hemos dicho que a la dictadura no se la saca con elecciones y nuestra realidad nos ha dado la razón más de una vez. Si dejamos que las elecciones de la dictadura se produzcan tendremos más de lo mismo por muchos años más. Es urgente salir de la dictadura y ya no tenemos mucho tiempo para hacerlo. Algunos quieren esperar a mayo, a ver si la cosa cambia, a ver si se puede hacer elecciones como Dios manda, pero el dictador se limpia las flacas nalgas con los plazos y se las limpiará con este ultimátum.
El boicot debe empezar ahora y debemos exigir que se vayan y que se vayan ya, como hace tres años. Ninguna dictadura puede resistir a un pueblo que no se deja gobernar por ella. Si es que ese pueblo desea de verdad la libertad.

 

martes, 13 de abril de 2021

Dos bandos

Yo creo que frente a nuestros ojos se van definiendo dos bandos -no hay más que dos- que en las semanas que vienen se verán mucho más claramente: el de aquellos que desean realmente terminar con la dictadura orteguista y el de aquellos que quieren que siga, bien sea en su forma actual o bien vestida de seda y peinada de moña, como la mona del cuento.
Los primeros rechazarán acudir como candidatos y como electores a las amañadas elecciones de Ortega, los segundos las abrazarán de cualquier modo para legitimar a la dictadura y quizás (algunos de ellos) poder agarrar de ese modo los huesitos que el tirano les lance, sumisos, como esos flacos perritos que se nos acercan en las fritangas. Si acaso tenemos dudas sobre la gente las dudas muy pronto terminarán, veremos entonces quién es quién. Algunos que tan bonitos se veían se verán entonces feítos los pobrecitos. Las máscaras caerán.