El 19 de octubre en el post "Cracking the code" un bloguero amigo escribía, entre otras cosas, lo siguiente:
¨Estoy convencido que en las próximas elecciones habrá fraude y que el momento crítico para desmontar el pacto habrá de empezar el segundo después de anunciado el resultado electoral. Si aceptamos el fraudulento resultado de las elecciones sin protestar, por miedo a que nos garroteen los elementos paramilitares al servicio de Daniel Ortega, tendremos entonces dictadura para rato y en lugar de este temor que ahora nos invade, en los años siguientes estaremos aterrorizados, inmóviles, como el pajarito frente al ojo de la serpiente. Por capearnos hoy un garrotazo estaremos condenando a nuestra descendencia a una vida en el oscurantismo, en el terror."
No encuentro hoy mejores palabras para describir el crítico momento en el que estamos. En estas elecciones ocurrió lo que ocurre con el juego de la bolita, que con tanta frecuencia se mira en los mercados, en el que un tramposo se aprovecha de la ingenuidad de las personas humildes que andan haciendo sus compras y les roba su dinerito. En este juego, el tramposo esconde una pelotita debajo de una de tres tapas de refresco que va moviendo ante los ojos del incauto, quien apuesta con el tramposo a adivinar el lugar donde la puso. El humilde apostador siempre pierde, el tramposo siempre gana. Sólo el tramposo sabe cómo fue que hizo el robo y aunque el incauto sabe que le robaron no sabe exactamente cómo fue. Así ocurrió aquí, estas elecciones se las robaron Daniel Ortega y su pandilla, en la que se incluyen gente que se cobija bajo las siglas de diferentes grupos que se hacen llamar partidos políticos. Se las robaron de diferentes maneras, pero no fueron tan hábiles como los tramposos de la pelotita, en este caso se comieron la gallina pero no tuvieron tiempo de esconder las plumas, pensando que este pueblo sumiso les dejará salirse con la suya. Esta vez no los dejaremos salirse con la suya.
¿Qué haremos? Creo que tendríamos que ir paso a paso. Montealegre tendrá que presentar las actas electorales en las que se muestran los resultados obtenidos en las urnas. Si las actas, que son la evidencia dura no coinciden con los resultados que el Consejo Supremo Electoral presentará esta mañana, habrá que desconocer las elecciones. Después veremos.
¿Qué no haremos? No iremos a las calles a dejarnos garrotear por los elementos paramilitares de Ortega que se han tomado las calles para amedrentar a la gente buena, que es, se lo aseguro a usted, la mayoría.
Hoy hay que mantener la cabeza fría aunque la sangre nos arda en las venas. Ya le seguiré contando de cómo se va mostrando el día. No podemos dejar que el reino del terror se imponga sobre nosotros y no lo dejaremos. Nosotros somos más que los tramposos, somos más inteligentes, más civilizados, nuestros valores son mejores que los de ellos, no es posible que nos ganen, no esta vez, no otra vez. Buen día.
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