viernes, 12 de diciembre de 2008

En Nicaragua hay dictadura (parte 1)


[Las cosas, por su nombre]

Hay gente que está en desacuerdo conmigo cuando digo que el gobierno que tenemos en Nicaragua es una dictadura. No se han dado cuenta, no les ha caído la moneda, de por dónde andan las cosas en este lindo país. En este post y el siguiente me propongo contarle a usted por qué pienso que efectivamente nos encontramos ahora viviendo de nuevo bajo una dictadura. Se lo contaré en dos post, cada uno de setecientas cincuenta palabras o menos, porque ese es aproximadamente el máximo de palabras que mucha gente de hoy es capaz de leer sin cansarse y sin perder la concentración. Creo que es importante hablar de estas cosas porque si no sabemos contra qué estamos luchando no podremos derrotarlo. Definir una estrategia de lucha pasa por el conocimiento pleno de la cosa aquella que combatimos. Mi posición es esta: en Nicaragua tenemos una dictadura en su niñez, dando sus primeros pasos. Es una dictadura en ciernes pero dictadura al fin, que hay que detener ahora, antes que cause demasiado daño. Mientras más tardemos en pararla más costoso, más doloroso y más sangriento resultará hacerlo. El objetivo debe ser, en este momento, regresar a Ortega a comportarse como presidente y que deje de hacerlo como dictador, si esto no es posible habrá que bajárselo del puesto en el que él mismo se ha subido, pues presidente queremos, no dictador. Contra Ortega presidente no tengo nada en contra, tengo que respetar la voluntad del pueblo al elegirlo. Contra Ortega dictador tengo en mi mano izquierda mi dedo medio erguido y en mi mano derecha el puño cerrado.

No intentaré escribir aquí un tratado sociológico ni voy a elevar barriletes pues este es sólo un post de blog, no una tesis doctoral. Vamos pues a lo básico, poniéndonos de acuerdo en las cosas fundamentales.

En este sitio encuentro este párrafo que a mi juicio contiene la esencia de lo que es una dictadura:

“Se llama dictadura a la forma de gobierno ejercida por una sola persona que utiliza su poder arbitrariamente y sin estar especialmente limitado por la ley. Así, un dictador toma decisiones dejando de lado las posibilidades de consenso con la gente gobernada...”

En un foro del diario español El País, he encontrado esta cita:

“Es un sistema donde no habría división de poderes (legislativo, ejecutivo y judicial), inexistencia de derechos básicos, especialmente los relacionados con la libertad de expresión, la inexistencia de pluralidad política, sindical y asociativa, la tendencia a ejercer el poder de forma arbitraria en beneficio propio, de un grupo, clase o minoría que sostiene el sistema frente al imperio de la ley de los estados de derecho. Además, es un sistema que no se basa en el consentimiento libre de los gobernados, aunque la propaganda del sistema suele insistir mucho en que dicha aquiesciencia sí existe, y suele recurrir a métodos populistas o plebiscitarios pero no libres, en realidad. Es importante destacar que las dictaduras no se sostienen sin cierto o mucho apoyo social, dependiendo de muchas circunstancias y factores, pero impiden que los opositores puedan expresar, libremente, sin menoscabo de su integridad física o de sus libertades, el rechazo a la misma. Si el grado de represión es muy alto, y con un sistema de ideas que lo apoya, la dictadura se tiñe de totalitaria.

La dictadura suele estar muy vinculada a un concepto muy personalista del poder, a la ambición de quien detenta el mismo. Se enaltece al dictador, jefe, líder o caudillo a través de la propaganda . Es un personaje que ejercería el poder con grandes sacrificios personales, un jefe que renuncia a los placeres de la vida privada por la patria o el país. Puede llegar a ser presentado como un estadista dispuesto a darlo todo por el pueblo, hasta la vida, y sin pedir nada a cambio, bueno, sí la obediencia al mismo, precisamente por esos sacrificios. Muchas dictaduras tienen, pues, un marcado carácter paternalista.

Las dictaduras suelen buscar la justificación de su existencia en la necesidad de la misma, apelando a una situación extraordinaria o terrible y que se soluciona con este ejercicio del poder. Es la legitimación de la dictadura y de su permanencia durante un tiempo, o de forma indefinida, al menos hasta la muerte del dictador. Se tiende, además, a que el sistema sobreviva a la muerte de su creador o impulsor.”

Estas citas, que definen a grandes rasgos una dictadura “genérica”, me servirán para delinear, en mi próximo post, nuestra frágil dictadura.


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