Como yo no soy
político y no ando buscando caerle bien a nadie le diré con todas
sus letras algo que entendí después de estudiar por
mucho tiempo ese asunto del canal: es
irreal pensar que mientras
exista el canal de Panamá es posible
construir un canal por Nicaragua para
competir con el panameño. Esto lo demostré
en un
documento que poca gente en Nicaragua
leyó, que escribí hace casi 13 años, que
sigue siendo actual y
lo seguirá siendo por mucho tiempo aún.
No le voy a explicar en este post mis
argumentos, no tengo tiempo para eso ni
hace falta hacerlo
porque el asunto que
ahora nos ocupa no es si se puede o no se
puede, el asunto es otro, el asunto es que
Ortega está pretendiendo asaltarnos a plena luz del día con
el cuento de que construirá un canal.
Vea usted, Ortega no sabe si se puede o
no construir un canal por Nicaragua, su inteligencia no le da para
entenderlo. Su único interes en este asunto es estafar al país todo
con el cuento chino del canal. Con todo este asunto lo que pretende
es aumentar su ya enorme fortuna a niveles que escapan a la
imaginación de personas de mente sana como usted y como yo.
Probablemente es ya más rico de lo que lo fueron los Somoza en su
momento pero eso no le basta, quiere llegar a ser por lo menos tan
rico como lo fue Chávez, su ídolo y mentor.
Ortega tiene una mente criminal pero
muy poca imaginación así que ahora, al igual que lo hiciera en la
escuela, está copiando las ideas de otros. Lo que quiere hacer ahora
ya lo pensaron otros. Arnoldo Alemán echó a andar un plan similar y
si no pudo ponerlo en práctica fue porque Ortega, que tenía el
control de la asamblea, no lo dejó salirse con la suya pensando que
un día le llegaría a él mismo la oportunidad de ejecutarlo en su
propio beneficio. Ahora, después de años de preparación está
listo para ponerlo en marcha.
El plan de Ortega es tan sencillo que
cuesta creerlo. Mire usted, el canal, reducido a su más simple
expresión es una franja de tierra con un canal enmedio que
atravesaría el país de este a oeste, de un mar al otro. Es una
franja que en su parte con agua tiene que ser suficientemente ancha
para permitir el paso de buques de gran calado en ambas direcciones,
pero además necesita mucho espacio a ambos lados para albergar la
maquinaria y la gente que construirá el canal mismo pero también
para después, cuando haya sido construído. El ancho que en la ley
de Ortega tendrá esa franja es lo que nos da la más clara idea de
cuánta plata se quiere embolsar. La tierra por la que pasará el
canal será negociada por el estado con sus dueños. Esa tierra vale
desde hace ya algún tiempo un montón de plata y cada día que pasa
sube su precio. El precio de cada metro cuadrado del área que el
canal ocupará se mide en dólares, muchos dólares y cuándo usted y
yo más adelante en este post hagamos el cálculo de cuántos metros
cuadrados son los que el canal utilizará nos quedaremos, usted y yo
con la boca abierta. Pero antes déjeme hacerle una pregunta: ¿usted
sabe de quién es esa tierra por la que pasará el canal? Pienso que
lo sabe.
Alemán había comprado su propia
franja de tierra por la que pasaría su canal imaginario. Ahora está
compartiendo con Ortega esa tierrita. Ortega se ha llevado la parte
del león en la sociedad pero de todos modos la parte que le queda a
su asociado es bastante considerable. Pero Ortega no se conforma sólo
con esa tierrita y ha 'trabajado' por años para hacerse de enormes
propiedades a precios irrisorios. Las suyas son miles de hectáreas
en una franja que atraviesa el país de mar a mar, de este a oeste.
Digame usted ¿no le parecía raro que
habiendo un río, el San Juan, que ya de por sí es un canal, Ortega
quiera hacer pasar su canal por tierra firme? Bueno, es que el río
no se le puede vender al estado porque ya le pertenece. Mientras más
pase el canal por tierra firme más le conviene a Ortega, el dueño
de la tierra, no importa si con eso desafía toda lógica y en lugar
de seguir el curso de un canal natural se vaya por tierra firme con
grandes elevaciones y muchas dificultades.
Hagamos ahora el cálculo del que le
hablaba antes. Hagámoslo rapidito. Supongamos, por decir algo, que
el canal atraviesa 300 kilómetros de tierra firme al este y al oeste
del lago. No es muy alejado de la realidad pensar que el ancho de la
franja que el proyecto necesitará para construir el canal acuático
y el ferrocarril acompañante debe ser al menos de dos kilómetros.
Seamos conservadores y pensemos que la franja sólo tendrá esos dos
kilómetros de ancho. Eso nos deja ya un área de proyecto de
seiscientos kilómetros cuadrados, esto es sesenta mil hectáreas que
medidas en metros cuadrados son 600 millones de metros cuadrados.
Suponga usted que Ortega se queda con un dólar de cada metro de
estos, eso hace, claro, una suma de 600 millones de dólares. Pero él
no se conformará con un dólar por metro y por eso el costo de
proyecto se calcula en más de 40 mil millones de dólares. Pero la
franja, se lo aseguro a usted, será mucho más ancha que dos
kilómetros. Vaya haciendo sus cálculos.
¿Que de dónde saldrá el dinero para
pagar esta piñata canalera? Ortega endeududará al país para
pagarse su tierrita. Esa deuda se pagará con plata que saldrá del
mismo bolsillo que sale la plata con la que estamos pagando la piñata
de 1990 cuando los sandinistas dejaron el gobierno: del bolsillo suyo
y mío y del de nuestros descendientes porque esta estafa del canal
que no se construirá la seguiremos pagando por los próximos cien
años y más allá.
Pero el negocio de Ortega no termina
ahí pues en esto del “gran canal” Ortega es cura, sacristán y
monaguillo. En cada lugar donde se puede sacar un dólar ahí estará
Ortega. De esto hablaremos después, quizás.
Nunca le tuve miedo al yanqui ni le
tengo miedo al chino. Es de nosotros mismos, los nicas, de quienes
tenemos que cuidarnos. Somos nosotros mismos los que nos hemos
abierto las venas. Son nicas los que siempre nos jodieron más. Nica
fue Somoza. Nica es Ortega.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comente, discuta que la democracia es discusión, diga lo que quiera, pero dígalo sin vulgaridad, sin insultos, si no le borro el comentario de una vez.