Como le decía en el post anterior, las alcaldías ya están distribuidas, del mismo modo que Somoza y Agüero se las repartían en aquellos tiempos. Eso está más claro que el ojo del piche y si usted no lo ve y mucha gente no lo ve, es por la enorme cortina de humo que el pacto ha puesto frente a los ojos de la gente. Ortega y su socio minoritario Alemán se han repartido de antemano las alcaldías, sin importarles lo que el pueblo vaya a votar en las urnas. A ninguno de los dos le conviene que Montealegre quede como alcalde de Managua pues eso rompería el balance de poder que los dos disfrutan. No importa lo que digan las amañadas encuestas, si usted vive en Managua mire a su alrededor, pele la oreja y escuche y se dará cuenta que la gente votará mayoritariamente por Montealegre. Entonces, le hago de nuevo la pregunta, de otro modo para que sea más clara, dígame ¿qué va a hacer usted la mañanita del día 10 de noviembre, cuando los medios de comunicación amanezcan anunciando la victoria de Alexis Argüello en las elecciones en Managua? ¿aceptará que le den de nuevo atol con el dedo? ¿se dejará arrastrar por la maquinaria publicitaria que trabajará intensamente para convencerle a usted que eso fue lo que decretó el voto popular? ¿se sentará decepcionado(a) a lamentarse y reafirmarse que este pueblo es irredento? ¿se dejará robar así a lo descarado?
Usted aprendió a sumar y restar, sume cuantos votos sacaron los liberales y los que iban con Eduardo en Managua en las últimas elecciones presidenciales y digame ¿usted de veras cree que esa gente que votó por el candidato liberal y por Eduardo se voltearon ahora y votaron por los sandinistas que ya nadie quiere? ¿usted cree que de veras hubo tantos votos nulos, tantos votos en blanco? ¿usted les va a creer que la gente prefiere al candidato de Ortega?
¿Usted se va a quedar ahí tranquilito en su casa el día después de las elecciones aceptando que la dictadura de un paso enorme hacia adelante pasando por encima de usted y de los suyos?
Ahora déjeme decirle que es lo que yo haré. Yo voy a salir a la calle y voy a irme a la plaza, solo o a lo mejor acompañado por usted, y me voy a poner a gritar y a exigir que las elecciones se vuelvan a hacer, esta vez supervisadas por observadores internacionales, como aquella vez en 1990 y no me voy a mover de esa plaza hasta conseguir ese objetivo o hasta que me saquen, del modo que sea, si es que pueden.
Es que fíjese usted que si ahora se deja meter este gol no habrá ya nada que pueda detener a esta dictadura. Esta es la última oportunidad que tendremos de detener a Ortega y desmontar el diabólico pacto por las buenas, sin tener que hacer de nuevo enormes sacrificios humanos, sin derramar la sangre de los jovenes. Si ahora dejamos que Ortega nos pase por encima, apeárnoslo después será muy pero muy difícil. Usted eligió a Ortega para presidente, no lo deje que se convierta en dictador, llamelo al orden y si no hace caso pues habrá que bajárselo de la presidencia. ¿Usted cree que eso no es posible? Levante la cabeza y mire un poco hacia atrás y acuérdese como fue que nos echamos al pico a Somoza. Este dictadorzuelo es más débil que aquel y yo le garantizo que no aguanta un sacudión.
Puede ser que esté yo equivocado y ojalá me equivoque completamente, ojalá no se produzca un fraude masivo. Habrá que estar ojo al Cristo, muy atentos para denunciar el fraude, pero por una cuestión de honor habrá que decir que no lo hubo si pensamos que no lo hubo.
[Nota del invisible: este post ha sido extraído de otro blog que anda por ahí y ha sido editado y publicado con permiso de su autor]
Usted aprendió a sumar y restar, sume cuantos votos sacaron los liberales y los que iban con Eduardo en Managua en las últimas elecciones presidenciales y digame ¿usted de veras cree que esa gente que votó por el candidato liberal y por Eduardo se voltearon ahora y votaron por los sandinistas que ya nadie quiere? ¿usted cree que de veras hubo tantos votos nulos, tantos votos en blanco? ¿usted les va a creer que la gente prefiere al candidato de Ortega?
¿Usted se va a quedar ahí tranquilito en su casa el día después de las elecciones aceptando que la dictadura de un paso enorme hacia adelante pasando por encima de usted y de los suyos?
Ahora déjeme decirle que es lo que yo haré. Yo voy a salir a la calle y voy a irme a la plaza, solo o a lo mejor acompañado por usted, y me voy a poner a gritar y a exigir que las elecciones se vuelvan a hacer, esta vez supervisadas por observadores internacionales, como aquella vez en 1990 y no me voy a mover de esa plaza hasta conseguir ese objetivo o hasta que me saquen, del modo que sea, si es que pueden.
Es que fíjese usted que si ahora se deja meter este gol no habrá ya nada que pueda detener a esta dictadura. Esta es la última oportunidad que tendremos de detener a Ortega y desmontar el diabólico pacto por las buenas, sin tener que hacer de nuevo enormes sacrificios humanos, sin derramar la sangre de los jovenes. Si ahora dejamos que Ortega nos pase por encima, apeárnoslo después será muy pero muy difícil. Usted eligió a Ortega para presidente, no lo deje que se convierta en dictador, llamelo al orden y si no hace caso pues habrá que bajárselo de la presidencia. ¿Usted cree que eso no es posible? Levante la cabeza y mire un poco hacia atrás y acuérdese como fue que nos echamos al pico a Somoza. Este dictadorzuelo es más débil que aquel y yo le garantizo que no aguanta un sacudión.
Puede ser que esté yo equivocado y ojalá me equivoque completamente, ojalá no se produzca un fraude masivo. Habrá que estar ojo al Cristo, muy atentos para denunciar el fraude, pero por una cuestión de honor habrá que decir que no lo hubo si pensamos que no lo hubo.
[Nota del invisible: este post ha sido extraído de otro blog que anda por ahí y ha sido editado y publicado con permiso de su autor]
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