martes, 16 de diciembre de 2008

En Nicaragua hay dictadura (parte 2)

En mi post anterior decía yo que en Nicaragua tenemos una dictadura dándonos sus primeros zarpazos. Decía que es mejor para todos detenerla ahora que el monstruo apenas ha salido del huevo, antes que cause mucho más daño que el que ya ha causado y decía que mientras más tiempo nos tardemos en pararla más costoso, más doloroso y más sangriento resultará hacerlo. Con su actuación la dictadura está haciéndonos desandar caminos que con mucho trabajo hemos andado y echando abajo la institucionalidad que con tanto esfuerzo hemos levantado. Mientras más nos adentramos por este camino oscuro más vamos hundiendo a nuestra sociedad y más difícil será luego reconstruirla.

Si usted ha comparado la situación de Nicaragua hoy con la definición de dictadura, comúnmente aceptada, que presenté en mi post anterior, debería ser claro para usted que nos encontramos ya en una dictadura. Como hemos visto, hay tres cosas que son fundamentales en la definición de un dictador y una dictadura, estas son: 1) la utilización del poder de forma arbitraria, 2) la falta de límites al poder o el desconocimiento de estos límites y 3) la actuación sin consenso con los gobernados. En esas tres cosas nuestro gobernante sale reprobado y con su comportamiento calza perfectamente en la definición de dictador. Veamos.

Si usted, al igual que Daniel Ortega Saavedra, piensa que como presidente él es libre de ejercer su poder cómo le parezca, hasta dónde le parezca y sin consultar con nadie, déjeme decirle que usted y DOS están en un profundo error. No es correcto que Ortega y su familia hagan uso del poder así como lo hacen, cuándo, cómo y dónde les dé la gana, de modo pues, arbitrario. Tampoco es correcta la frase “para eso mandamos” que con frecuencia sueltan Ortega, su mujer y sus vástagos para justificar el uso, sin límite ninguno, del poder que detentan. Es igualmente incorrecto decir, como dicen ellos “el que manda, manda y no suplica” para justificar la manera que tienen de actuar Ortega y toda su familia, sin consultar a nadie y sin dar explicaciones a nadie.

La investidura como presidente no le da a éste carta blanca para actuar como mejor le parezca, por el contrario, le manda ─y así lo dice el juramento presidencial─ a cumplir y hacer cumplir la constitución y las leyes de la república. Los límites al poder de cada uno de los poderes del estado están claramente definidos en la constitución y las leyes y cada vez que Ortega las desobedece, faltando a su juramento, se está saltando los límites, deslegitimándose, poniéndose fuera de la ley, como cualquier salteador de caminos, como cualquier dictador.

La entrada, hace unos días, de buques de guerra rusos a aguas nacionales es un claro ejemplo, entre otros muchos más, del comportamiento dictatorial de Ortega. Mire usted, la constitución establece claramente que para que buques de guerra de otra nación puedan entrar a aguas territoriales de Nicaragua, se requiere que el presidente presente la solicitud a la asamblea nacional, única facultada para autorizar la entrada. En el caso que nos ocupa, el presidente invitó a los rusos a visitar el país sin consultarlo con nadie y dejó entrar luego los navíos de guerra al territorio nacional, sin pedir la autorización de la asamblea, como manda la constitución. Encima de eso mandó al ejército a recibir las naves, haciendo que el ejército violara también, de este modo, la constitución.

Pero este es un solo caso de comportamiento dictatorial, argumentará usted y eso no convierte a Ortega en dictador: no, no es un único caso, este comportamiento de Ortega, limpiándose el fundillo con la constitución, las leyes y los nicaragüenses, es una constante suya, es una muestra de su chambona manera de concebir el mundo y usar el poder que ha adquirido. Pero incluso si esta fuera la única muestra de comportamiento dictatorial, déjeme preguntarle a usted ¿cuántas veces tiene alguien que robar antes que podamos llamarle ladrón? ¿una vez? ¿dos? ¿cuántos córdobas debe robar? ¿uno? ¿cien? Visto de otro modo: ¿cuántas veces tiene una muchacha que cobrar por sus polvitos antes de que podamos decir que es prostituta? ¿una vez? ¿dos? ¿un polvito? ¿dos?

No, no se equivoque, en Nicaragua tenemos de nuevo dictadura aunque ella sea novata, frágil y torpe. Pero no se aflija usted demasiado que no va a durar mucho: usted y yo y la gente suya y mía nos la vamos a bajar, ya lo verá.

En mi próximo post: una dictadura en alitas de cucaracha.

4 comentarios:

Igor dijo...

Tremendo escrito para poner solo "un" ejemplo de dictadura.

Ejemplos de dictadura:

- Bolaños dejo entrar a fuerzas armadas de US cuando se perdio un empresario en el lago de Nicaragua.

- Bolaños cerro la radio "La Poderosa" ( http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/latin_america/newsid_2345000/2345281.stm )

Escribiste algo acerca de eso? ninguna palabra!!!, ahora si estas hablando de institucionalidad que tanto nos costo construir, como es posible que el ex-presidente sea capaz de hacer esos actos dictatoriales y nadie dijo nada? (salvo Arnoldo Aleman)

Pio Martinez dijo...

Hola Igor,

Gracias por venir por acá y dejar tu comentario.

No entiendo hacia dónde querés llegar con tu comentario. No, no escribí sobre esas cosas que decís que ocurrieron en el gobierno de Bolaños (y no tengo que esplicar mis razones), pero eso no me descalifica para escribir sobre las cosas que hoy ocurren como me da la impresión vos estás sugiriendo.

Presento sólo un ejemplo de comportamiento dictatorial porque no quiero sobrepasar los límites que para mis posts me he impuesto. Bien he dicho que ese comportamiento dictatorial de Ortega es una constante. Podría darte cien otros ejemplos, hablarte del fraude electoral y de cómo Ortega destruye la institucionalidad del país pero no persigo abarcarlo todo con mis posts sino brindar puntos de arranque, llamar la atención sobre las cosas, vos podés seguir por tu cuenta investigando.

No, en el gobierno de Bolaños no podía hablarse de dictadura porque no cumplía esos tres "requisitos" que en mis posts he señalado y porque si hubiese tenido comportamientos "dictatoriales" en su caso no eran una constante como lo son en Ortega ni tenía la posibilidad como la tiene Ortega de construir una dictadura, imaginate que ni siquiera tenía un partido.

Bueno, que tengás un buen día. Saludos

Igor dijo...

Pero escribiste un monton... ejemplificar es la mejor arma para este tipo de escritos, estas haciendo lo mismo que los politicos el sindrome de Cantinflas.

Resistencia_CCS dijo...

Pío Martínez:


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Feliz Navidad