lunes, 8 de noviembre de 2021

Ilegitimidad

Hay personas que piensan que la ilegitimidad del gobierno de Ortega empezó ayer, cuando por enésima vez, el dictador se robó unas elecciones a la vista de todos. Piensan que lo que convierte al gobierno de Ortega en ilegítimo son las declaraciones hechas por la Unión Europea, el gobierno de los Estados Unidos, de España y otros países, de que estas elecciones no fueron justas, transparentes y competitivas y han sido una farsa nada más. Piensan esas personas de las que hablo, que la ilegitimidad del gobierno de Ortega viene dada porque así lo declare la comunidad internacional.

Nada más lejos de la realidad. Aunque las declaraciones de los gobiernos amigos son importantes, la declaración de ilegitimidad que realmente cuenta es la que hacemos nosotros, los nicaragüenses.

La ilegitimidad del gobierno de Ortega, recuerde usted, empezó en algún momento del año 2008, cuando Ortega empezó a apoderarse de las instituciones de todos los poderes del estado con el fin de lograr su control absoluto y eternizarse en el poder. Fue entonces que su gobierno, que había sido legítimamente electo, empezó a deslizarse hacia la dictadura y Ortega fue pasando de presidente a dictador. La ilegitimidad de Ortega, solo para señalar algunos momentos, se siguió afirmando en cada una de las elecciones realizadas desde entonces, que Ortega controló completamente y cuyos resultados fueron los que él dictó y a él le convenían. Su primera y segunda reelección en esta su nueva época establecieron gobiernos ilegítimos.

Para no ir demasiado lejos, la ilegitimidad de Ortega quedó claramente expuesta en el 2018 cuando respondió con violencia inaudita a los justos y pacíficos reclamos de nuestro pueblo frente a las injustas políticas de la dictadura. El dictador respondió matando, desapareciendo y encarcelando a centenares, y exiliando a miles de nuestros compatriotas. El diálogo que la iglesia católica y los aliados de Ortega empezaron en aquel momento, al aceptarlo como interlocutor, pretendía dar un cariz de legitimidad al régimen de Ortega, pero no pudieron legitimarlo pues no puede un grupito de gente darle legitimidad a un gobierno que todo el pueblo repudia y rechaza y que ha declarado ilegítimo con sus protestas.

La legitimidad de un gobierno la da y la quita el pueblo y ayer el pueblo mostró ante el mundo, otra vez y muy claramente, la ilegitimidad del régimen, rechazando de plano la farsa electoral que este montó, quedándose la gran mayoría en sus casas, haciendo por fin el paro enorme que la ciudadanía deseaba hacer en el 2018 y que los empresarios cómplices de Ortega sabotearon y frenaron pues temían, con razón, que un paro sería como un violento río que arrastraría a la dictadura hasta el mar y a ellos mismos con ella.

Ayer, siete de noviembre, el pueblo otra vez, y en un grito silencioso, le dijo a la dictadura que no quiere su gobierno, que tiene que irse. Ayer también, muchos más cayeron en la cuenta que habrá que sacar a Ortega por la fuerza pues no se le puede sacar con elecciones.

Sí, la legitimidad de un gobierno la da y la quita el pueblo, no la da una candidata a presidente diciendo que el dictador genocida Daniel Ortega tiene derecho, como cualquier otro ciudadano, a ser candidato a la presidencia.

La legitimidad del régimen de Ortega no la puede dar tampoco el hecho de que un grupito de personas, varias de las cuales están ahora presas, que diciendo ser oposición y guiados por sus propios intereses y pensando que podían arrancar a la dictadura algunos cargos, hayan decidido ir a un proceso electoral que de entrada sabíamos que terminaría en lo que ayer terminó.

Tampoco convierte a un gobierno en legítimo la realización de un pacto con el gran capital en que el gobierno y los multimillonarios se reparten la gente y el territorio para explotarlos a su gusto y hacerse más ricos a su costa. Que la dictadura tenga dos cabezas no la hace legítima.

La legitimidad no la da la Unión Europea, o los Estados Unidos, haciendo declaraciones sobre la falsedad de las elecciones. Tampoco la da la OEA y el corrupto Almagro. La legitimidad la da y la quita el pueblo, aceptando o no aceptando, reconociendo o desconociendo a un gobierno. Ayer fue claro que la gran mayoría del pueblo nicaragüense no reconoce al régimen como su legítimo gobierno.

Los únicos que quitan y ponen la legitimidad en este país son los nicaragüenses de adentro y de afuera, los hombres y mujeres cuya patria es Nicaragua, la tierra de sus ancestros. Por eso es importante que si queremos salir de la dictadura la tratemos como lo que es, como un gobierno ilegítimo y como tal dejemos de obedecerle, dejemos de seguir sus leyes y sus reglas, dejemos de reconocer su policía, su ejército y sus instituciones.

El único reconocimiento de ilegitimidad que realmente cuenta es el de los nicaragüenses, el que hemos hecho ayer. Ahora lo que queda es actuar según esa ilegitimidad que otra vez hemos declarado, desconocer nosotros ese gobierno que por la fuerza se nos impone e impedir que nos gobierne. Es así como podremos salir de la dictadura. Ni siquiera tenemos que hacer la guerra, porque la dicotomía que los electoreros nos juraban que existía y que era “o elecciones o guerra” es completamente falsa, era una mentira y ellos lo sabían. No tenemos que hacerle la guerra, sino mostrarle que es imposible gobernarnos. No es necesario hacer la guerra cuando un pueblo se decide a no reconocer un gobierno. Si los nicaragüenses logran hacer de Nicaragua un país que los Ortega no consigan gobernar, si le quitan el lomo a la dictadura, ella caerá, más temprano que tarde. No es posible saber cómo ocurrirá, no sabemos si se derrumbará desde adentro, pero seguramente caerá, lo crea usted o no.

domingo, 7 de noviembre de 2021

En alitas de cucaracha

No se dejen engañar. No se dejen desanimar. No se desmoralicen. La dictadura no ha ganado nada y hoy no ha avanzado un milímetro, por el contrario, está contra la pared, luchando por su vida con el culo a dos manos.

Solo en su propia mente la dictadura ha ganado.

¡Qué digo! Ni siquiera en su mente gana elecciones. Hasta ella misma sabe que nadie la quiere y no puede ganar elecciones y tiene que robárselas.

La dictadura tiene las patas hinchadas. Carcomida por dentro, como esas estructuras de madera que desde afuera parecen muy firmes pero están corroídas por el comején y caen de pronto en un día de lluvia, así también caerá un día la dictadura y nos asombraremos al descubrir que no era tan fuerte como ella aparentaba y nosotros creíamos.

En alitas de cucaracha, así se sostiene la dictadura y así estará hasta el día que la gente se decida a hacerla desaparecer de la faz de la tierra. No los políticos, la gente.

Pero esto no es un juego de beisbol, no "vamos ganando" como decía un idiota por ahí mientras los sicarios mataban a nuestros jóvenes, y solo ganaremos cuando la gente le dé a la dictadura el último empujón, cuando le aparte el lomo y le diga "no más".

Hoy viste, pueblo mío, cuán grande es tu poder. ¿Viste cuán solos están ellos y cuán fuerte sos vos?¿Viste como temblaban al calor del mediodía? ¿Viste como sudaban helado, cagados del miedo? ¿Viste? Ni siquiera tuviste que salir a la calle. Si la dejás sola, si no puede usarte, si no puede montarse sobre tu lomo, si no puede gobernarte, la dictadura no es nada, está perdida. Ojalá lo hayas entendido el día de hoy.

Hoy pudiste ver que el poder está en tus manos y no en las manos de ellos. Que no se te olvide, que no te convenzan de otra cosa.

¿Viste? No es cierto que tu única opción sea la guerra, como suelen decirte algunos ansiosos de un huesito, una teta del erario. Cuando el jinete es malo basta un ligero corcoveo para mandarlo al piso.

De la sabia mula podemos aprender que si la carga es dura solo queda plantarse y decir, como ella, "matame a palos si querés, pero yo de aquí no me muevo hasta que te bajés".

Que no se te olvide lo que hiciste hoy.


viernes, 28 de mayo de 2021

Yu no man broko mi

De pura casualidad el sábado pasado vi la transmisión en vivo del Eurovisión, el festival europeo de la canción, que con un año de retraso, tuvo lugar en Rotterdam, Paises Bajos. Fue un espectáculo muy vistoso, muy alegre, hubo muchas canciones de gran calidad, pero de todas ellas la que más me impresionó fue la que representó al país anfitrión y voy a contarles por qué. Se trató de la canción con el título “Birth of a New Age” del Surinamés Jeangu Macrooy, quien también la interpretó junto con su hermano gemelo y una cantante. La letra fue escrita en inglés y contiene algunas frases de Sranan Tongo o surinamés, un lenguaje Creole basado en el inglés y el holandés y que es la lengua popular de la población surinamesa aunque la lengua oficial de Surinam es el holandés.

Lo que hoy es la República de Surinam fue colonia holandesa desde la segunda mitad del S. XVII hasta su independencia en 1975. Primero había estado bajo control de ingleses y holandeses, pero en 1664 los ingleses cambiaron su parte de Surinam por el fuerte Port Amsterdam, en la punta sur de la isla de Manhattan, que hasta entonces estaba bajo control de los holandeses. Ingleses y holandeses llevaron al país negros africanos esclavizados para trabajar en sus plantaciones de caña de azúcar, cultivo para entonces muy lucrativo. Aquellos esclavos no tenían una lengua común para comunicarse entre sí y fueron quienes dieron vida a la nueva lengua, el Sranan Tongo, basado en sus orígenes en el inglés. Al marcharse los ingleses, la lengua se enriqueció entonces con un vocabulario holandés conservando la gramática inglesa. Los esclavos tenían prohibido hablar holandés y los nuevos grupos étnicos que fueron llegando al país adoptaron la lengua de los esclavos, que se convirtió entonces en la lengua franca del país. Más tarde, al final de la época colonial y en los comienzos de la época republicana la lengua perdió fuerza frente al holandés surinamés, pero en los últimos tiempos su uso se ha extendido.

La canción que les cuento contiene una frase que dice “yu no man broko mi” que literalmente se traduciría como “no podés romperme” o ‘no podés quebrarme” y que es una referencia a un dicho que viene desde la época colonial y es “Mi na afu sensi, yu no man broko mi” o sea: “soy un medio centavo, no podés quebrarme (dividirme)”, y es porque afu sensi” era en la época colonial, la moneda de medio centavo, la de menos valor, el mínimo posible, y ya no era posible dividirla. Lo que el dicho significa es interpretado de varias maneras, como “soy como una moneda de medio centavo, aunque no valgo mucho, aunque soy pequeñito, no podés romperme” y es utilizado para darse ánimo y dar ánimo a otros. Es una frase retadora que también puede interpretarse así: “podés hacer conmigo lo que se te ocurra pero no podrás romperme”.

Por todo esto recordé a Nicaragua, que en los últimos tres años ha conocido gente que por más que la dictadura lo intente no puede romper. Son con mucha frecuencia hombres y mujeres humildes –como monedas de medio centavo–, que han sido encarcelados y vapuleados, sometidos a las más horribles humillaciones y al salir de la cárcel son asediados y perseguidos constantemente y sin embargo no es posible para los sicarios del régimen doblegar y destruir sus espíritus. Son también esos hombres y mujeres que aun cuando se encuentran en las mazmorras del régimen siendo torturados de manera inhumana le dicen desde allá a la dictadura “yu no man broko mi”.

Creo que esta canción bien podría ser el himno de nuestra lucha contra la dictadura.

La canción dice muchas más cosas que inspiran, pero búsquelas y encuéntrelas usted, yo solo le cuento este pedacito.

Aquí les dejo el enlace al video oficial de la canción, la letra pueden encontrarla buscando por ahí. Procuren verla en una pantalla grande y con buen sonido. Les recomiendo buscar también la presentación en vivo en el festival. Es potente.

https://www.youtube.com/watch?v=p4Fag4yajxk




lunes, 10 de mayo de 2021

A propósito de una "negociación". Diez breves párrafos (para que no se aburra usted)

 

Entendámonos.

1. En la política formal de Nicaragua no existen partidos políticos, lo que hay son agrupaciones de personas disfrazadas de partidos políticos. Algunas de esas personas y de esas agrupaciones son abiertamente criminales, otras son cómplices nada más de los poderosos y viven de las migajas que estos les dan. Entre ambos extremos se mueven otros tipos de organizaciones, igualmente disfrazadas de partidos políticos, pero no lo son. Ninguna de ellas resiste ni el más simple análisis. Ninguna de ellas es un partido. Vaya si no me cree y entérese de qué cosa es un partido político y compárelo luego con esas organizaciones.

2. Los “partidos” en Nicaragua son autorizados para “hacer política” por el “partido” sandinista, por la dictadura pues. Cada partido tiene un guion que la dictadura le da y que debe seguir fielmente. Si un “partido” se sale del guion es sacado del juego. Así, los “partidos” de la política formal, esos que tienen representación en la Asamblea Nacional y aquellos que aspiran a tenerla, se mueven dentro de unos ciertos límites que la dictadura le marca. Son todos ellos grupos colaboracionistas que dependen del favor de la dictadura.

3. La dictadura (pero no ella sola) destruyó la política nicaragüense. Corrompió a los corruptibles y sacó del juego a los partidos (así, sin comillas) que le hacían oposición. Sacó también del juego y destruyó a toda aquella personalidad que representase un peligro para el poder del dictador. Los políticos incorruptibles fueron marginados, mantenidos a distancia, vigilados y neutralizados de mil horribles maneras.

4. Antes dije “Asamblea Nacional” pero esa ni es asamblea ni es nacional. Es un club al servicio de la dictadura, no al servicio de la nación, y donde no se mueve ni una hoja si la dictadura no lo manda así.

5. En Nicaragua no se producen negociaciones entre partidos, pues estos, como les digo, no existen, lo que se produce entre esos grupos son negociaciones que se parecen más a la repartición del poder y el territorio entre familias mafiosas, que a las negociaciones que se dan entre partidos allá donde existe democracia.

6. En la política formal de Nicaragua no hay políticos, los que hay son traficantes de poder.

7. Le he dicho todo lo anterior para llegar a esto: ni el CxL ni el PRD están “negociando” en función de los intereses de la población. No negocian en atención a los intereses de usted o de los míos, de los de la familia de usted o de la mía. Ellos ni siquiera están negociando nada, de lo que sea que estén haciendo ahora el producto será algo que será favorable a la dictadura, de la que ambas agrupaciones son solo marionetas.

8. El CxL y el PRD no negocian entre sí, solamente siguen las líneas que desde El Carmen les bajan. Es el dictador por medio de sus agentes quien dirige la "negociación".

9. No vale la pena dedicar tiempo a tratar de entender el objetivo que persigue el teatro de la “negociación” de estas agrupaciones, eso ya se verá más adelante. Quizás, para subirse el perfil, quieren hacernos creer que en realidad negocian, que trabajan duro por el pueblo.

10. Lo que es muy claro o debería serlo es que bien sea que se produce “unidad” o bien sea que hay rompimiento, el resultado de esa "negociación" es el deseado por la dictadura, que le rendirá sus frutos en algún momento. Es preciso estar conscientes de ello.

sábado, 24 de abril de 2021

Aquel viejo truco

Es claro para quien quiera verlo que proponer candidatos a la selección de magistrados al Consejo Supremo Electoral es aceptar como legítimo ese proceso de selección. Entendamos que si vamos aceptando como legítimas ciertas partes del "teatro eleccionario" de Ortega en realidad estamos aceptando plenamente todo lo que trae consigo. No es que vamos legitimándolo pasito a pasito, pues este aparato de Ortega no es modular, en el que se puede aceptar algunas cosas y rechazar otras. Esa enorme maquinaria de defraudación, engaño y dominación que Ortega ha diseñado para afianzarse en el poder por los siglos de los siglos no está compuesta de piezas desmontables, es una sola entidad compuesta de una enorme cantidad de piezas interconectadas y si aceptás una pieza estarás aceptando todas las demás, estarás aceptando todo el "proceso electoral" de Ortega.
Mire que participar en esa amañada selección de candidatos a magistrados presentando candidatos propios es aceptación de sus condiciones, no solo para ese mini-proceso sino para toda la elección. Ese es un proceso que hay que denunciar ahora, desmontar ahora, después ya no podremos, pues entonces será demasiado tarde, entonces habremos pecado ya de ingenuos, de inconsecuentes. Entonces no podremos ir a quejarnos pues nos dirán, y con razón, que sabíamos muy bien a lo que nos metíamos. Si por ingenuidad, porque no has entendido con quién estás tratando cedés en esta pequeña cosa, tenés que saber que esto no llegará hasta ahí, viene más detrás de eso.
Creo que es tiempo de definiciones. Yo sé bien que es difícil decir cosas que son impopulares, que se queda uno con muy pocos amigos, pero ni modo, se trata de ser consecuentes con las propias ideas. Aquí no queda sino denunciar, rechazar y boicotear esas falsas elecciones de Ortega, tener un poco de dignidad y no prestarse a legitimarlo.
No se puede estar a la vez con Dios y con el diablo. Recuerden, los creyentes entre ustedes aquello de “porque no fuiste ni frío ni caliente te vomitaré de mi boca”, los no creyentes recuerden que como dice la canción uno no es nada si uno no es ni chicha ni limonada.


 

viernes, 23 de abril de 2021

¡Una limosnita por el amor de Dios!

Hipócritas. Ahora empiezan a quejarse (y no demasiado fuerte). ¡Tanto tiempo tuvieron para exigir a la dictadura reformas verdaderas que garantizaran un proceso electoral realmente democrático! Pero ustedes dejaron pasar el tiempo y no hicieron nada. No exigieron nada, pues ustedes nada exigen a la dictadura. Ustedes sólo saben suplicar, no exigir. Rendirse, no luchar. Ustedes saben bien que nadie vendrá a hacer las cosas por nosotros, que si queríamos reformas teníamos que haberlas peleado pues a las dictaduras no se les pide nada, se les arranca la piel a pedacitos. No cabe sino pensar que ustedes dejaron pasar el tiempo a propósito, para que esto ocurriera así como está ocurriendo. Para que no hubiera reformas. Para que las elecciones se hicieran como manda el tirano.
Ustedes no son oposición, ni siquiera su sombra. Dan pena. Ustedes sólo son colaboracionistas. Ustedes van buscando las limosnas de Ortega. Recuerden nada más que "mal paga el diablo a quien bien le sirve".

jueves, 22 de abril de 2021

Los pactos

Como pequeños dioses sedientos de sangre y exigiendo constantemente sacrificios humanos, así son los pactos de nuestros delincuentes disfrazados de políticos. Así son los pactos de las élites con la dictadura. A sangre y fuego y odio se imponen. Empiezan con muerte y siguen exigiendo cadáveres mientras duran, y cuando al fin llegan a su fin, pues todo termina alguna vez, los pactos se rompen entre el crujir de dientes de la multitud, exigiendo aún más muertos, insaciables, arrastrando más vidas al caer.
¿Dejaremos que otra vez, esta vez, los poderosos se burlen de la voluntad de toda la nación y ansiosos de poder y de riquezas nos impongan por la fuerza su voluntad como lo han hecho siempre? ¿Permitiremos que el pacto que hoy se asoma en el horizonte se selle con la sangre de los caídos, el dolor de sus madres, el sufrimiento terrible de los presos torturados a diario en las mazmorras del régimen, de la angustia de quienes deben dejar la patria amada porque es la única manera de seguir viviendo?
¿Dejaremos que otra vez las élites y la dictadura a su servicio manden al carajo las ansias de democracia y de justicia de este pueblo cansado de opresión, de ciudadanos hartos de ser tratados como infantes sin poder de decisión, hartos de no tener ni voz ni voto en su propio país y de ser nicaragüenses de nombre nada más?

lunes, 19 de abril de 2021

La falacia esa de “elecciones o guerra”

¡Por favor! Dejemos de repetir como loritos que para salir de la dictadura las únicas opciones que tenemos es “elecciones o guerra”, pues esta es una idea que aquellos interesados en acudir a elecciones con Ortega del modo que sea, para legitimarlo y obtener así un huesito, han querido meter en nuestras cabezas pues así conviene a ellos.

Algunos, inocentes, ingenuos, haraganes o faltos de imaginación, en realidad creen que eso es verdad, que no tenemos más posibilidades que ir a las amañadas “elecciones” de Ortega o hacerle la guerra, pero entiéndalo usted de una vez: ¡No es cierto!

Entiéndalo, o al menos, como hacen los más inteligentes de entre nosotros, admita usted la posibilidad de la existencia de otras opciones y que el hecho de que no las veamos no significa necesariamente que no existan.

Entienda, si no vemos otras posibilidades es sobre todo porque negamos su existencia y porque los interesados en la ceguera del pueblo no quieren que las veamos, no quieren que construyamos esas otras opciones y nos cierran el paso, nos hacen ir por donde ellos desean que vayamos, como se hace con las reses para subirlas al camión que las lleva al matadero.

Nos meten el mono los desalmados, los muy descarados.

Empecemos, si aún no lo hemos hecho, a pensar que otra manera es posible, que otra opción es posible y no neguemos su existencia slo porque aún no somos capaces de verla. Ya iremos viendo, a medida que andamos, que un otro camino, aparte de esos que llevan a “elecciones” y guerra, se irá dejando ver frente a nuestros ojos porque ahora iremos caminando con los ojos abiertos, atentos y despiertos. Recordemos, que como dijo el poeta, se hace camino al andar. Tenga presente también que no hay un manual, no hay un mapa, nosotros al andar iremos abriendo la trocha.

Y no, no venga usted a exigirme que le diga cuáles son esas otras opciones de las que le hablo, abra usted su mente y no deje que sean otros los que piensan por usted. Encienda su propia luz y luego vaya y encienda las de todo su vecindario. Si quiere exigir a alguien, empiece por exigir a los eleccionarios de Ortega que le muestren cómo es que van a salir de la dictadura en unas elecciones que la misma dictadura organiza y dirige hasta en el más mínimo detalle, con las leyes de la dictadura misma, con un organismo electoral que es ciegamente fiel a Ortega, con la población y los “candidatos” encerrados en sus casas y todo el que protesta enterrado vivo en las mazmorras del régimen. Vaya y exija que le digan cómo sacarán a Ortega a esos que quieren llevarlo a usted a depositar un voto que no cuenta y quieren llevarlo a usted a “defender su voto” enfrentándose a los sicarios de Ortega.

Cuando haya usted hecho esto que aquí le digo, no necesitará usted que yo u otro le muestre las opciones, usted mismo verá el camino por delante.



sábado, 17 de abril de 2021

Boicot a las "elecciones" de Ortega

Se "sorprende" la hipócrita "oposición" de las más recientes acciones de la dictadura. Se sorprenden de las "reformas", la escogencia de "magistrados" y de que las que vienen serán "elecciones" a la medida de Ortega. Se sorprenden pero siguen diciendo que van a las elecciones con el dictador y nos llaman a votar masivamente "para que sea claro que hubo fraude", como si esto no ha sido claro ya en todas las elecciones de Ortega y sigue siendo claro en este momento. La "oposición" sigue jugando para perder. Me pregunto si también se sorprenderán cuando la dictadura se quede en el mismo lugar. Nos siguen viendo las caras de estúpidos. Nos clavan el puñal mientras sonríen y nosotros sonreímos también. Qué pena.
Por años, muchos hemos dicho que a la dictadura no se la saca con elecciones y nuestra realidad nos ha dado la razón más de una vez. Si dejamos que las elecciones de la dictadura se produzcan tendremos más de lo mismo por muchos años más. Es urgente salir de la dictadura y ya no tenemos mucho tiempo para hacerlo. Algunos quieren esperar a mayo, a ver si la cosa cambia, a ver si se puede hacer elecciones como Dios manda, pero el dictador se limpia las flacas nalgas con los plazos y se las limpiará con este ultimátum.
El boicot debe empezar ahora y debemos exigir que se vayan y que se vayan ya, como hace tres años. Ninguna dictadura puede resistir a un pueblo que no se deja gobernar por ella. Si es que ese pueblo desea de verdad la libertad.

 

martes, 13 de abril de 2021

Dos bandos

Yo creo que frente a nuestros ojos se van definiendo dos bandos -no hay más que dos- que en las semanas que vienen se verán mucho más claramente: el de aquellos que desean realmente terminar con la dictadura orteguista y el de aquellos que quieren que siga, bien sea en su forma actual o bien vestida de seda y peinada de moña, como la mona del cuento.
Los primeros rechazarán acudir como candidatos y como electores a las amañadas elecciones de Ortega, los segundos las abrazarán de cualquier modo para legitimar a la dictadura y quizás (algunos de ellos) poder agarrar de ese modo los huesitos que el tirano les lance, sumisos, como esos flacos perritos que se nos acercan en las fritangas. Si acaso tenemos dudas sobre la gente las dudas muy pronto terminarán, veremos entonces quién es quién. Algunos que tan bonitos se veían se verán entonces feítos los pobrecitos. Las máscaras caerán.

 

lunes, 12 de abril de 2021

Vos, la peor de todos (y todas)

 

No creo que merezca la pena nombrar a ninguno de los "candidatos" legitimadores de Ortega en esta "elección", creo que lo que corresponde es denunciar esta horrible Opera Buffa y que referirse a los candidatos les dignifica. Sin embargo, voy a hacer ahora una excepción, pues hay cosas que colman la paciencia de cualquiera y yo no soy Job, el de la proverbial paciencia.

En honor a la verdad quizás no sea la Chamorro la peor de todos los candidatos, quizás está empatada con el tal Cruz, ese estadounidense lamebotas (diría que lame otras cosas, pero la decencia y las reglas de FB me lo impiden), no obstante, es ella quien en este circo electoral ha hecho a mi juicio el peor acto de descaro y sumisión ante el tirano. Ella se vanagloria de haber sido cómplice del pacto aquel que en 1990 firmara su marido con los dos Ortega en representación del gobierno de la señora Barrios de Chamorro y que traicionando los deseos del pueblo nicaragüense, regresó a los Ortega el poder que habían perdido en las urnas, permitió a los apaleados y odiados sandinistas robarse miles de millones de dólares pertenecientes a la nación y permitió que el ahora dictador sobreviviera políticamente. Por medio de aquel abominable pacto la familia Chamorro abrió el camino a esta dictadura.

"Nosotros le dimos una salida digna -dice ella, sonriendo a la cámara, sonriendo para Ortega- y lo volveremos a hacer". Eso, señora mía, es el colmo del descaro y su antidictatorial padre si estuviera vivo, habría caído muerto al escucharla. Es el colmo del descaro pues ella no apela al pueblo nicaragüense pidiéndole apoyar su candidatura, no, ella le coquetea al dictador genocida ofreciéndose como la mejor opción para que Ortega deje la dirección del poder ejecutivo y se baje de su por ahora incómoda silla conservando todo su dinero y todo su poder, como aquella vez.

Ella sabe muy bien cómo funciona eso de los pactos y sabe que a fin de cuentas es Ortega quien determina quién ganará la elección de noviembre, pues es su Consejo Supremo Electoral, que le es fiel como un perro, quien las organiza siguiendo las reglas de Ortega y siguiendo en cada paso la voluntad del amo.

No, lo mío no es misoginia, no me vengan con ese cuento. El colaboracionismo no tiene sexo ni género y si me refiero a la señora Chamorro y no a los demás es porque de entre todos los suspirantes presidenciales es ella quien parece ser la elegida del tirano. Pero claro, las cosas pueden cambiar, pues como he dicho antes, esto no es una elección, este es un juego de sillas en los que quedarán sentados serán aquellos que bailen mejor la música del dictador, juez supremo que decidirá quién quedará sentado en cada silla y quién no.


miércoles, 17 de marzo de 2021

Elecciones en Democracia

Hoy voy a salirme de la línea de este blog y voy a hablarles de otra cosa que me parece interesante. Quizás a ustedes también. 

Hoy hubo elecciones a la Cámara de Representantes de Holanda (nombre oficial: Países Bajos), el país al que el destino me llevó a vivir, y si usted andaba hoy por aquí como turista ni siquiera se habrá dado cuenta de que un nuevo gobierno se elige el día de hoy. Es que las elecciones se producen sin mucha bulla. No hay grandes concentraciones con candidatos que prometen puentes y ríos, no hay pintas en los muros, no hay pancartas. No hay nacatamal, no hay guaro, no hay buses arrastrando votantes. A quienes viven en países con procesos electorales de pasiones encendidas, en las que corre el alcohol y con frecuencia también la sangre, estas elecciones les parecerán de lo más aburridas. Pero es que quizás el aburrimiento es una cosa deseable cuando de escoger a nuestros representantes se trata.  Déjeme ilustrar lo que digo con algunas fotos que hice hoy y en los días pasados.

El pase de votación

 


La alcaldía lleva el registro de los ciudadanos que tienen la edad reglamentaria para votar y mínimo dos semanas antes de las elecciones, cada votante recibe por correo de la alcaldía en la que se encuentra registrado un "pase para votar".  En este caso el nombre, la dirección y otros datos del pase de la foto han sido cubiertos por aquello de la privacidad. Este documento, junto con una identificación, deberá ser presentado en el local de votación el día de la elección. Cuando tu identidad ha sido comprobada, a cambio de este pase recibirás la boleta de votación.

La lista de candidatos

Unos días antes de la elección recibís también por correo, la lista de candidatos. Como verás aquí abajo, es una lista enorme pues este año participan en la elección 37 partidos o agrupaciones electorales que compiten por las 150 sillas de la Cámara de Representantes. En el distrito electoral en que yo vivo se presentan 30 partidos.

Para que te hagas una idea del tamaño he puesto un lapicero. Este es solo el anverso, al reverso hay más nombres. La boleta de votación contendrá en una sola cara todos estos nombres ordenados en la columna correspondiente y a la par de cada nombre habrá un circulito que el votante deberá llenar para el candidato de su elección con un lápiz rojo que recibirá en el centro de votación. Solo podrás votar por un candidato y llenar entonces un circulito nada más. No tiene que ser necesariamente por el primero que aparece en cada lista (o "lijstrekker", que se traduciría como "el que jala la lista") y que es el líder de cada agrupación. De esta manera, los votantes tienen la posibilidad de reordenar la lista de su partido.

La propaganda electoral

 

Ya les dije que no hay pintas ni pancartas, eso que ven ahí es lo que más se le parece. En una de las entradas de la ciudad en la que vivo, por la que paso cada día al ir a mi trabajo,  a la par de un parque, se podía ver en los días previos a la elección ese mural (no sé como llamarlo) conteniendo posters de algunos de los partidos en la contienda. Los interesados se detienen y miran. No sé si en alguna otra de las entradas a la ciudad habrá otro esperpento como este y como ustedes no me pagan para andar de aquí para allá no voy a ir a averiguarlo.  Esta imagen se repite por pueblos y ciudades.

En una parada de buses, muy cercana a este mural vi también el poster que les muestro acá abajo. Usualmente lo que ocupa ese espacio son anuncios de compañías telefónicas, o de vacaciones maravillosas, o champús que dejan el pelo suave como la seda, pero hoy estaba la foto de Mark Rutte, Primer Ministro y candidato principal del VVD, Partido por la Libertad y la Democracia que es un partido conservador-liberal (no me pidan que se los explique, búsquenlo en Wikipedia) y que probablemente ganará la mayoría de los escaños en esta elección al igual que la vez pasada. No, no hablo de más de 75 escaños, eso no ocurre en Holanda, hablo de que obtendrá quizás un poco más de los 34 escaños que obtuvo en las elecciones del 2017, más escaños que cualquier otro partido. En este país, el gobierno se forma por una coalición de partidos, presidida por el partido mayoritario y usualmente formada con los partidos que le siguen en número de escaños.

 

La radio, la televisión, los diarios, websites, las redes sociales, son las vías por las que viaja la propaganda. Los numerosos debates que tienen lugar son oportunidades excelentes para los partidos de hablar sobre sus programas. Voluntarios recorren sus ciudades y pueblos depositando periódicos o volantes de sus partidos en los buzones. En los días que hay mercado, los partidos ponen sus caramancheles con su propaganda y sus banderas y los voluntarios se acercan a conversar con aquellos dispuestos a escucharles. 
 

El día de la elección

Las elecciones a la Cámara de representantes se producen por ley cada cuatro años, o antes, si el gobierno cayera por alguna razón. Se hacen usualmente en un miércoles en marzo o en mayo. La última elección fue en marzo de 2017. La vida sigue su curso normal el día de la elección. No es un día libre. Los centros de votación se abren desde las 7:30 de la mañana hasta las nueve de la noche para que la gente que trabaja pueda votar antes o después de su trabajo. Si por alguna razón fuese difícil para el votante votar antes o después de su trabajo, tiene derecho a pedir libre hasta un máximo de dos horas para ir a votar.

Esta foto, de la elección de 2017 y tomada con permiso de las personas en ella, muestra el personal típico de un centro de votación. Son voluntarios, no son miembros de ningún partido, o si lo son no están ahí representándolo, están es su carácter particular. Son usualmente personas jubiladas, o jóvenes con tiempo libre. 

En el centro de votación no hay nadie vigilando a nadie. No hay fiscales de los partidos, no hay desconfianza. Se trata de un ejercicio ciudadano que los ciudadanos mismos hacen posible. 

Este año, por causa del Covid-19 hubo cambios apreciables en la manera en que transcurre el día de la elección. Los locales de votación son este año espacios más grandes y bien ventilados. Además, el período de votación se extendió a tres días. Los primeros dos días fueron para las personas más vulnerables. También se implementó la votación por correo. Por otro lado, normalmente es siempre posible que si no podés acudir al centro de votación podés autorizar a una persona a votar en tu representación. En el reverso del pase escribís entonces el nombre de quien te representará y esta persona, presentando el pase con tu autorización junto con una copia de tu identificación podrá votar por vos. Por lo que pude averiguar, esta posibilidad parece haber sido utilizada este año más que otros años. En la foto de abajo puede apreciarse como se veía esta tarde un centro de votación instalado en un gimnasio. Esta vez todos tenían una mascarilla y los encargados eran gente joven, menos vulnerables al virus.

 

Ya es muy tarde en la noche así que lo dejo hasta aquí. Quizás continuaré mañana, pero no lo prometo. Para quienes tienen interés les recomiendo seguir este enlace a una página de wikipedia con información sobre estas elecciones. Antes de irme voy a escribir aún un par de cosas que considero importantes.

¿Cómo se forma el gobierno?

Para decirlo a grosso modo, una vez que se conoce el resultado de la elección, el partido que ha obtenido la mayoría de los votos entrará en plática con los partidos que obtuvieron más votos para formar un gobierno en coalición con ellos pues para poder llevar adelante sus planes necesitará contar con mayoría en el parlamento. Los planes y programas de cada partido se ajustan entonces los unos con los otros hasta llegar a un acuerdo de gobierno que será el norte de la coalición, su biblia. Del partido con más votos saldrá el Primer Ministro o Ministro Presidente. De su partido y de los otros partidos en la coalición saldrán los miembros del gabinete. Cada partido en la coalición tendrá un vice-primer ministro. 

Un par de observaciones finales

Las elecciones son parte importante de la democracia, pero no son toda la democracia. La gente en este país está muy clara de eso, a diferencia de países en los que las élites han tenido éxito en convencer a los pueblos que elecciones es igual a democracia, que la democracia es eso nada más, una elección. Pero la democracia es más, mucho más que una elección, es poder de la ciudadanía que se manifiesta en la sociedad en mil diferentes formas en la vida diaria. La democracia es entonces más que un sistema de gobierno, es una forma de vida.

La democracia no termina con las elecciones. En países en los que se confunde democracia con elecciones y nada más, una vez que las elecciones terminan termina también el poder del ciudadano. Quienes han sido electos hacen a partir de ese momento lo que se les viene en gana, con poco o ningún control de los votantes. La elección es vista como carta blanca para los electos. En países de democracia madura como los Países Bajos, la elección no es el final del camino sino su inicio. Los electores han votado por un programa, por unos planes y exigirán a partir de entonces su cumplimiento y lo vigilarán constantemente.

 

 

 

 

   

martes, 2 de febrero de 2021

Unas pocas verdades sobre las elecciones


Las cosas que en esta nota escribo son cosas que muchos hemos dicho ya desde mucho antes de abril del 2018 y hemos repetido una y otra vez en los casi tres años transcurridos desde entonces. A estas alturas todos deberían saber esto que aquí escribo pero comunicándome por aquí y por allá con nicas de todas partes y leyendo los comentarios que circulan en las redes, me doy cuenta de que hay muchas personas que parecen desconocerlas. Para ellas escribo esta nota, lo más sencillamente que pueda para ver si de ese modo entienden al fin que las elecciones que vienen son un engaño nada más, un truco de Ortega para conservar su poder y su fortuna. Las elecciones no cambiarán nada, quizás sólo cambie la apariencia de las cosas, que detrás del disfraz serán las mismas de siempre.

El poder no se rifa. Allá a finales de la década de 1980 mucha gente decía a Ortega que ganaría de calle si iba a elecciones y él estaba convencido de que así sería de tal modo que se sorprendió cuando perdió las de 1990, que no estuvieron bajo su control y fueron limpias. Adicto al poder ya desde entonces, aquel hombre casi cayó muerto de tristeza (busque si no me cree las fotos de aquella época). Habrá sido entonces que Ortega decidió que al obtener de nuevo la presidencia no sometería nunca más su poder al juicio de las volubles masas, y cuando finalmente subió de nuevo a la presidencia, se construyó un organismo electoral a su imagen y semejanza para garantizarse que él y solo él decidiría quién ganaría y quién perdería toda elección que se realizara en el país. Una vez de regreso en la silla que tanto le gusta hizo eso precisamente, se creo un Consejo Supremo Electoral que le obedece ciegamente.

El ejecutivo se puede prestar. Ortega ha estudiado y copiado a los dictadores que mangonearon Nicaragua antes que él y probablemente a otros de otros países y sabe que a veces, para asegurar la propia tranquilidad y a veces la sobrevivencia, es necesario fingirse demócrata y dejar que se haga cargo del ejecutivo alguien que parezca independiente, alguien que será llamado presidente pero no tendrá el poder pues ese permanecerá en las manos del dictador. Así, el o la presidente estará a cargo del ejecutivo mientras el ejército y la policía y hasta la Asamblea Nacional seguramente, permanecerán fieles y obedientes a Ortega, quien además de los órganos formales dirige un ejército de paramilitares y tiene sus propios aparatos de inteligencia y control. No importa si la persona que gana la elección es cristiana o es atea, en su corazón será Orteguista.

Mientras sea el Consejo Supremo Electoral de Ortega quien las organice, en Nicaragua no habrá elecciones. Serán otra cosa pero no serán elecciones, por más que las llamen de este modo. Serán una enorme farsa realizada con la complicidad de organismos regionales afines al sandinismo para guardar las apariencias frente a la comunidad internacional y para hacer creer a los nicaragüenses ingenuos que en realidad se hizo una elección y que los votos fueron contados, pero no será nada más que eso: una farsa enorme, una burla dolorosa al país todo y especialmente a la memoria de quienes murieron enfrentando a la dictadura o están presos o en el duro exilio. Por supuesto, para garantizar que se produzcan elecciones limpias se necesitaría de muchas otras acciones que van más allá de solo transformar de raíz el organismo electoral y reformar la ley electoral, pero no voy a referirme a ellas aquí pues esta nota sería entonces demasiado extensa.

En Nicaragua los votos ni cuentan ni se cuentan. Desde que Ortega se apoderó por completo del Consejo Supremo Electoral, los resultados de las “elecciones” llevadas a cabo por este organismo están determinados antes de que ellas se produzcan. Se conoce de antemano cuántos votos se anunciará que obtuvo cada cual, se sabe quién “ganará” y quién “perderá” y se acomodan las cifras de votos para que se correspondan con el resultado deseado. No importa por quien votés, tu voto no cuenta, no sirve para nada, es menos valioso que la hoja de plátano de un nacatamal ya comido. Hay mil y un trucos que los sandinistas a todos los niveles utilizan, unos más burdos y descarados que otros, para procurar esconder la manipulación de las cifras, desde las urnas de votación hasta el lugar central de cómputo de los datos. Al final, las cifras anunciadas no se corresponden para nada con la realidad de la votación.

Ortega no confía en nadie, ni siquiera en aquellos que le juran lealtad y le dicen señor, señor. Por eso, incluso en aquellos lugares donde tiene simpatizantes y quizás ganaría si la elección fuese limpia, el número de votos obtenidos por cada uno de los “candidatos” no se deja al azar y es establecido de antemano, no importa si los electores votaron por Ortega o por cualquier otro. Ortega tiene alergia al voto popular. Ya una vez fue desagradablemente sorprendido y no quiere volver a sufrirlo y no lo sufrirá. El resultado de la elección estará arreglado de antemano y será el que Ortega ordene y ningún otro.

Todos los candidatos son colaboracionistas. Todos los candidatos y todas las candidatas saben bien estas cosas que estoy diciéndole (aquí uso el lenguaje inclusivo para que no se escondan las desvergonzadas detrás del lenguaje patriarcal). Todos y todas saben que participando en la “elección” están legitimando al gobierno de Ortega, dándole una mano de pintura democrática, pero no les importa. Les importa más la ganancia personal pues todos ellos y ellas ganan, aunque no salgan “electos” al cargo que persiguen. Es igual con quienes están detrás de cada candidato o candidata, todos y todas van buscando el beneficio personal, un empleo, una teta de la escuálida vaca del erario para pegarse a ella. En Nicaragua la dignidad se vende y se compra como en una pulpería. Como dicen algunos “mejor que me digan piñatero y no pobre” y allá van todos y todas con mucho entusiasmo detrás de la piñata de la fiesta electorera, una fiesta, vale decirlo, que como siempre es pagada con los bienes del pueblo.

Todos son candidatos de la dictadura. Sí, en las elecciones participarán únicamente aquellos candidatos y candidatas que cuenten con la venia “del hombre”. Todos han sido puestos en la balanza y aquellos grupos políticos y candidatos que no den el peso y el dictador no apruebe quedarán fuera del juego. Su consejo electoral da y quita personerías jurídicas e inhabilita candidatos a todos los niveles según le manda Ortega.

La campaña electoral es una farsa. Las concentraciones, las marchas y otros actos públicos son escenas nada más del teatro del engaño electoral. Sirven para guardar las apariencias y son también elementos para la negociación con Ortega, para procurar convencerle de dar más votos a unos que a otros. Es coqueteo puro con el viejo tirano, con “coyoles”, por más que en los discursos se le digan pestes. Es también engaño al pueblo humilde, utilización descarada, impúdica manipulación de sus sentimientos.

Nadie defenderá tu voto. Aquellos que dicen que después de las elecciones van “a defender el voto” son canallas nada más, cínicos y perversos. Saben que el voto de usted no vale nada, que es papel mojado. Ellos y ellas saben que lo que aquí escribo es la pura verdad y sin embargo pretenden embaucarlo a usted y quizás, para la conveniencia de ellos y en el colmo de la crueldad hasta llegarán a instigarlo para que vaya usted a enfrentarse con los sicarios de la dictadura “a defender su voto”.

El voto se defiende antes de depositarlo, luchando por derrocar a la dictadura y para crear luego las condiciones para realizar unas elecciones verdaderamente libres y limpias. Una vez que se entra al juego de Ortega y se aceptan sus reglas no hay manera de cambiar el resultado, los participantes de esa ópera bufa lo saben muy bien.

Antes y después, como siempre, habrá pacto. Lo he dicho repetidas veces, gracias al pacto que los hermanos Ortega, en ese entonces juntos aún, hicieran con su agente encubierto Antonio Lacayo, yerno de la señora Violeta Barrios vda. de Chamorro, se mandaron a la basura los votos del pueblo que la habían elegido presidente y se les regresó a los Ortega el poder que habían perdido. Además de eso, se les permitió a ellos y sus allegados alzarse con miles de millones de dólares que pertenecían al pueblo de tal modo que abandonaron el gobierno felices, ricos y gordos como cerdos cebados. Los pactos son siempre escamoteo del poder popular. Fuera de los ojos de las gentes se desarma, se desnuda al pueblo y se le quita todo poder, pues el poder, para las élites, es cosa demasiado fina como para dársela al vulgo. “Las perlas no son para los cerdos”, dicen, citando a Mateo sin saberlo.

Antes y después de las “elecciones” se negociarán las carnes del pueblo, se repartirán los cargos y Ortega, el dueño del poder, dará a cada uno un pedacito, no mucho, quedándose el mismo con la parte del león.

Las elecciones de Ortega solo le sirven a Ortega, le dan oxígeno a la moribunda dictadura. Aquellos que en ellas participan no están haciéndole ningún favor al pueblo, todo lo contrario, solo están garantizando una dictadura per saecula saeculorem.

Aquí termino. Podría decir más, pero no es necesario, creo que basta con lo que aquí escribo para entender que esas elecciones no cambian nada y que con ellas no se derrotará a la dictadura sino que por el contrario, se la fortalecerá. Esos discursos triunfalistas de los candidatos son una vergüenza pues ya saben a qué conduce toda esta farsa. Todos los espacios han sido cerrados, es su parcela, es su maizal, y Ortega no dejará escapar chancho con mazorca.