Este blog recibió el nombre que tiene porque surgió en un momento en que combatir a la dictadura parecía a quien esto escribe, un asunto muy urgente. A mi juicio, a finales del año pasado y comienzos del presente, Nicaragua vivió momentos en que se habría podido cambiar las cosas para bien si hubiéramos sido todos más inteligentes, más atrevidos, más valientes. Podríamos haber echado abajo la dictadura de Ortega y su pareja, pero no lo hicimos y ellos están aún dirigiendo un gobierno y un país que se cae a pedazos cada vez más grandes. Talvez fue mejor así. Quizá así ahora que caiga por su propio peso, la dictadura caerá de una vez y para siempre y esta dañina gente no podrá regresar nunca más pues quedarán aplastados en la caída.
Es que si una cosa es cierta es que esta dictadura caerá y quiza de manera tanto o más estrepitosa que la manera en que cayó la dictadura de Somoza. No me sorprenderá ver otra vez la pata descalza y rajada de Juan Pueblo pisando los salones de las lujosas mansiones que los miembros del régimen dejarán abandonadas en su huída. Esta dictadura es puro aire, más vacía de sustancia que la del difunto y sólo bastará un pequeño empujón para derribarla, un empujón que en cualquier momento ocurrirá. En cualquier momento surgirá una chispa que encenderá un fuego que consumirá a la dictadura. En cualquier momento.
Por eso hay que irse preparando para que cuando caiga la dictadura podamos tener un gobierno diferente de los que hasta ahora hemos tenido. Cuando caiga habrá que estar atentos para evitar cometer los mismos errores que hasta ahora y en nuestra ignorancia hemos cometido. Es hora de poner la vista más lejos que nuestras narices y empezar a pensar qué vamos a hacer y cómo vamos a hacer cuando nos quitemos de encima la dictadura. Hay que irse preparando para ese momento. Hay que hablar de ello, hay que discutir, organizar foros, ṕresentar propuestas y hacer lo que haya que hacer para estar preparados y que no sean otra vez los vivos los que se queden con el mandado.
Si pudiera le cambiaría el nombre a este blog y le llamaría ahora "Por la democracia", pero no estoy seguro de poder hacerlo sin tener que desaparecer el blog y crear uno nuevo y no quiero hacer eso pues le tengo cariño. Le dejaré ese nombre pues, aunque de ahora en adelante más que a combatir una dictadura debilucha que usted mismo(a) botará en su momento, me dedicaré a presentar propuestas de acción, de las cosas que haremos cuando esta risible dictadura haya caído. Pues caerá, ya lo verá usted, así como cayó el Muro de Berlin, que era de cemento armado y no como esta dictadura que es de taquezal.
Es que si una cosa es cierta es que esta dictadura caerá y quiza de manera tanto o más estrepitosa que la manera en que cayó la dictadura de Somoza. No me sorprenderá ver otra vez la pata descalza y rajada de Juan Pueblo pisando los salones de las lujosas mansiones que los miembros del régimen dejarán abandonadas en su huída. Esta dictadura es puro aire, más vacía de sustancia que la del difunto y sólo bastará un pequeño empujón para derribarla, un empujón que en cualquier momento ocurrirá. En cualquier momento surgirá una chispa que encenderá un fuego que consumirá a la dictadura. En cualquier momento.
Por eso hay que irse preparando para que cuando caiga la dictadura podamos tener un gobierno diferente de los que hasta ahora hemos tenido. Cuando caiga habrá que estar atentos para evitar cometer los mismos errores que hasta ahora y en nuestra ignorancia hemos cometido. Es hora de poner la vista más lejos que nuestras narices y empezar a pensar qué vamos a hacer y cómo vamos a hacer cuando nos quitemos de encima la dictadura. Hay que irse preparando para ese momento. Hay que hablar de ello, hay que discutir, organizar foros, ṕresentar propuestas y hacer lo que haya que hacer para estar preparados y que no sean otra vez los vivos los que se queden con el mandado.
Si pudiera le cambiaría el nombre a este blog y le llamaría ahora "Por la democracia", pero no estoy seguro de poder hacerlo sin tener que desaparecer el blog y crear uno nuevo y no quiero hacer eso pues le tengo cariño. Le dejaré ese nombre pues, aunque de ahora en adelante más que a combatir una dictadura debilucha que usted mismo(a) botará en su momento, me dedicaré a presentar propuestas de acción, de las cosas que haremos cuando esta risible dictadura haya caído. Pues caerá, ya lo verá usted, así como cayó el Muro de Berlin, que era de cemento armado y no como esta dictadura que es de taquezal.